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FASES DE LA INTERVENCIÓN

Actualizado: 15 feb 2018

La atención a población adolescente o adulta ha de caracterizarse por ser rápida, flexible y por crear un vínculo terapéutico sólido desde el principio. La relación del adolescente con el mundo adulto, y en especial con los terapeutas, es ambivalente.


1. EL TAMIZAJE O PRUEBA DE DETECCIÓN

El tamizaje es el primer paso en el proceso de la detección oportuna. Proporciona una forma simple de identificar a las personas cuyo consumo puede poner en riesgo su salud, así como para aquellos que ya están experimentando problemas de abuso o dependencia. Esta paso de la intervención oportuna aporta beneficios a la población intervenida al proveerles de atención primaria. Por ello, el abordaje se centra en el individuo, pero también tiene en cuenta a su familia y su red social en la comunidad. Como beneficios generales del tamizaje encontramos que proporciona información al profesional sanitario para desarrollar un plan de intervención, así como a los pacientes una retroalimentación y motivación para el cambio de conducta hacia una más saludable.

En México, el llamado POSIT / Cuestionario de tamizaje de los problemas en los adolescentes (CBTD) es un filtro para detectar a aquellos adolescentes que presenten problemas relacionados con el uso de alcohol y otras drogas. El tamizaje consta de 81 reactivos en donde se contemplan siete áreas de funcionamiento: 1) uso/abuso de sustancias; 2) salud mental; 3) relaciones familiares; 4) relaciones con amigos; 5) nivel educativo; 6) interés laboral y, 7) conducta agragresiva/delincuencia. La implementación de este cuestionario puede ser individual o de forma grupal.


2. ENTREVISTA MOTIVACIONAL

El consejo breve es un paso que únicamente es realizado con las personas identificadas con puntajes altos dentro del tamizaje. El valor de dichos puntajes dependerá de la escala establecida por la metodología que se esté utilizando. Aunque las personas identificadas pueden no estar experimentando o causando un daño relacionado a su consumo, estos pacientes presentan: 1) Un riesgo de patologías crónicas, debido al consumo habitual por encima del recomendado; y/o 2) Un riesgo de lesiones, violencia, problemas legales, bajo rendimiento laboral o problemas sociales debidos a episodios de intoxicación aguda. En general, una intervención breve mediante consejo simple es apropiada para aquellos con consumo por encima del límite de bajo riesgo semanal, incluso si no han experimentado daño.

El adulto se percibe como el representante de unas normas y unos valores que el adolescente combate, por lo que hasta el educador más comprometido no deja de estar a sus ojos al lado de la sociedad y de sus normas, en última instancia, se trata de alguien especializado para “comerles el coco” y ante el cual deben de estar a la defensiva. Esto complica la percepción del educador como alguien con autoridad y a la vez cercano.



3. LA TERAPIA O INTERVENCIÓN BREVE

La intervención mediante terapia breve generalmente es adecuada para personas cuya puntuación en el tamizaje se sitúa en el rango de mayor riesgo dependiendo de la metodología utilizada. Las personas que obtienen tales puntuaciones probablemente presentan un consumo perjudicial. Dichas personas experimentan problemas de salud físicos y mentales, debidos al consumo habitual por encima de las pautas de consumo de bajo riesgo y/o lesiones, violencia, problemas legales, pobre rendimiento laboral o problemas sociales debidos a la intoxicación frecuente. La terapia breve también puede ser adecuada para quienes han utilizado cualquier sustancia de manera riesgosa y necesitan abstenerse permanentemente o quienes necesitan hacerlo durante un período determinado. Este puede ser el caso de las mujeres que están embarazadas o en lactancia y de personas que están tomando otros medicamentos con los que puede haber contraindicación


4. LA DERIVACIÓN PARA UN DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

Aquellas personas con puntajes altos o identificados con comportamientos de riesgo probablemente requerirán un diagnóstico y tratamiento especializado. Es importante recordar que la intervención oportuna no es un instrumento diagnóstico, y por ello no está justificado concluir (o informar a la persona) que se ha alcanzado un diagnóstico de dependencia hacia alguna sustancia psicoactiva. Así mismo, ciertas personas con puntajes bajos pero que no son adecuadas para el consejo simple o la terapia breve, deberían ser derivadas a la atención especializada. En esta categoría se puede incluir a: 1) Personas de las que hay una firme sospecha de un síndrome de dependencia; 2) Personas con antecedentes de dependencia de alcohol u otras drogas (sugeridos por un tratamiento previo) o con daño hepático; 3) Personas con una enfermedad mental grave actual o pasada, y 4) Personas que no han conseguido sus objetivos a pesar de una terapia breve intensa.

4.1 Diagnóstico

Aún a sabiendas de la existencia de una serie de rasgos comunes en las formas de uso de las sustancias por los menores, mensajes subculturales incorporados y escenarios dónde se desarrollan los consumos, es preciso analizar caso por caso y detectar el mecanismo singular que sustenta el consumo, de forma que posibilite el diseño de la intervención apropiada a los resultados del diagnóstico particularizado. La explicación de sus usos de drogas suele estar a menudo fuera de las drogas. Estas siempre cumplen alguna función que hemos de descubrir para trabajar con los menores a partir de la misma, es decir: • ¿para qué les sirven en sus vidas, qué les aporta, a qué modo de funcionar se relacionan…? • ¿el contexto en que se inscriben?. En esta fase de la intervención se detectan las carencias o necesidades educativas y las problemáticas, así como los recursos personales que los menores presentan. Se trata de analizar los distintos aspectos que dirigen y condicionan su vida con relación a: el propio menor (los aspectos cognitivos, conductuales y de personalidad), su entorno familiar, escolar y social, ya que el estudio de uno solo de ellos solo puede dar una visión sesgada o parcial de la realidad




TÉCNICAS TERAPÉUTICAS ÚTILES


Fuente: Vídeo realizado por estudiantes de la materia Psicología Clínica de Adultos, de la Universidad Central de Venezuela/Escuela de Psicología.

  • Terapia individual, a cargo de especialistas familiarizados en la psicoterapia con esta franja de edad. Terapia familiar, con la unidad familiar, con la pareja parental, en grupos multifamiliares. Pero siempre después de un diagnóstico de cada sistema familiar y con una propuesta de tratamiento atendiendo a su especificidad.

  • Grupo de Familiares. Los padres son el referente adulto más cercano para el adolescente, identificándose con ellos, proyectando sus angustias con ellos, haciendo los duelos con ellos… Con ellos van a hacer este proceso hasta adquirir su propio ideal de YO. Para poder contener al hijo adolescente, los padres han de evitar proyectar su angustia por los duelos que a su vez están realizando. Por esto, el Objetivo de este grupo es ofrecer un espacio a estos padres para que puedan expresar sus dificultades y capacitarles para ser referentes adultos contenedores.

  • Terapia de grupo de pares. La adolescencia es un proceso evolutivo durante el cual se dan pautas de comportamiento que podrían ser consideradas prácticas de riesgo (relacionadas con las drogas, la sexualidad, la velocidad…), pero que en la mayoría de los casos se enmarcan dentro de este proceso de adquisición de una nueva identidad y que el mismo adolescente va dejando atrás aunque en algunos casos, sobre todo si se dan en un momento de mayor conflictiva indiEvidual o relacional que desborda al adolescente, pueden bloquear este proceso evolutivo. El Objetivo de este grupo es detectar y ayudar a aquellos adolescentes en los que estas prácticas de riesgo puedan dificultar este proceso hacia la adquisición de una identidad adulta utilizando las técnicas más adecuadas para esta edad (Técnicas Psicodramáticas, No Verbales, con objetos intermediarios,….) y con un cierto rodaje en el manejo de las dificultades habituales en estos grupos (contención de la agresividad, tendencia al acting,…).

EL PAPEL DE LA FAMILIA EN LA INTERVENCIÓN



Cualquiera de los miembros de nuestra familia es, en principio, vulnerable a tener problemas de uso y/o abuso de drogas.Tenemos que tener en cuenta que los primeros contactos con las drogas se suelen dar de modo fortuito y casual y están asociados a la curiosidad, la presión social ante el consumo o para hacer frente a situaciones de dificultad que surgen en la vida. En la mayoría de los casos no evoluciona hacia un consumo más habitual.

Sin embargo, si las drogas se utilizan para resolver o evadir problemas con ellas o es el elemento central de ocio, el riesgo de pasar a un consumo habitual es elevado con el peligro consiguiente de generar dependencia.

La familia juega un papel fundamental para detectar los primeros signos de cambio en la persona que toma drogas, aunque tenemos que tener cuidado ya que muchos cambios que podemos observar son los propios de la adolescencia. E incluso, aunque tengamos indicios de consumo de drogas, no debemos anticipar un diagnóstico de posible drogodependencia, ya que muchas veces se reacciona exagerando la intensidad del problema y puede ser sólo un consumo ocasional.

De forma general podemos decir que, si la familia sospecha que existe un consumo problemático de drogas, su actitud debe ser de:

  • Estudiar la situación del modo más objetivo posible.

  • Comprobar la existencia real de indicios de consumo de drogas.

Pero, ¿cuáles son estos indicios? A continuación exponemos algunos signos de cambio hacia hábitos de consumo, aunque no existen signos indirectos totalmente certeros del consumo, con lo que estos indicios son meramente indicativos y necesitamos contar con la existencia conjunta y simultánea de varios de estos indicadores, ya que la presencia de un solo indicio no indica nada, y algunos de los comportamientos que vamos a mostrar caracterizan también a la mayoría de adolescentes.

Estos indicios son:

  • Cambios notables en el aspecto corporal: adelgazamiento progresivo, color de la piel, ojeras, ojos enrojecidos, cansancio permanente, somnolencia…

  • Falta de hábitos básicos de higiene corporal y de la ropa.

  • Aumenta el tiempo que pasa fuera de casa.

  • Desmotivación en todas las áreas que antes interesaban a la persona, absentismo, bajo rendimiento…

  • Cambios en los ritmos normales de sueño y vigilia, no debidos a causas identificables.

  • Tendencia al aislamiento dentro de casa, no participación en actividades conjuntas y cambio en la comunicación familiar.

  • Desconexión de la realidad próxima.

  • Aumento de los gastos y las necesidades económicas.

  • Aparición de ciertas enfermedades y trastornos físicos leves, no queriendo ir al médico.

  • Cambios en la alimentación, falta de apetito, comer fuera de horas.

  • Uso repetido de la mentira como mecanismo habitual.

  • Cambio de amigos/as, conociendo que éstos pueden estar asociados al consumo de drogas.

La familia, ante estos signos, debe interesarse más por esta persona, prestarle más atención en el plano humano, interesarse por sus problemas, fomentar de modo especial la comunicación y pedir consejo o ayuda a personas conocedoras del tema. Si realmente detectamos que un miembro de nuestra familia consume drogas, es importante que adoptemos una actitud positiva y serena, sin angustiarnos o culpabilizar a esa persona o a nosotros mismos.

La familia tiene un papel clave como soporte en:

  • Facilitar que el consumidor tome la decisión de remediar su situación.

  • Prestar el apoyo necesario si realiza un tratamiento

Bibliografía:

BOTVIN, G. (2005). ntrenamiento en habilidades para la vida y prevención del consumo de drogas en adolescentes. Psicología conductual .

Férnandez, M. (2002). Actualizaciones clínicas en adicciones. Aula médica ediciones.

Humeniuk, Henry-Edwards, Poznyak, & Monteiro. (2012). Intervención breve vinculada a ASSIST para el consumo riesgoso y nocivo de sustancias: Manual para uso en la atención primaria. Ginebra. Ginerbra: Organización Mundial de la Salud,.

IPBS, U. d. (2010). PROGRAMA DE INTERVENCIÓN CON ADOLESCENTES Y FAMILIA. Córdova: Sede social. Obtenido dehttp://www.ipbscordoba.es/uploads/Documentos/2017/Programa_de_Intervencion_con_menores,_adolescentes,_jovenes_y_familias.pdf

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